La pareja enamorada
«Píramo y Tisbe, de los jóvenes el más bello el uno, 55
la otra, de las que el Oriente tuvo, preferida entre las muchachas,
contiguas tuvieron sus casas,
con el tiempo creció el amor; y sus teas también, según derecho, se hubieran unido 60
pero lo prohibieron sus padres; lo que no pudieron impedir:
por igual ardían, cautivas sus mentes, ambos.
Cómplice alguno no hay; por gesto y señales hablan,
y mientras más se tapa, tapado más bulle el fuego.
Hendida estaba por una tenue rendija, que ella había producido en otro tiempo, 65
cuando se hacía, la pared común de una y otra casa.
Tal defecto, por nadie a través de siglos largos notado
-¿qué no siente el amor?-, los primeros lo visteis los amantes
y de la voz lo hicisteis camino, y seguras por él
en murmullo mínimo vuestras ternuras atravesar solían. 70
Hace 12 años